La confitería francesa favorita, Domaine De Baudry, utiliza un QuickLabel® QL-300 para imprimir eficazmente etiquetas de confitería de alta calidad in situ.
En la pintoresca ciudad de Saint-Hilaire de Pionsat, situada en el corazón de la región de Auvernia, en un pueblo pintoresco y encantador, encontrará Dominio De Baudry. Baudry es una empresa familiar de mermeladas y confitería que cuenta con una fábrica, una tienda, un museo y un restaurante.
La fabricación y el envasado de sus productos regionales en la propia empresa requieren una solución de etiquetado fiable y de calidad.
Vincent Bône, director de la empresa Baudry, habla muy bien del legado y los productos de la empresa.
El padre de Bône era agricultor y puso en marcha la empresa en los años 70 en una plantación de frambuesas, donde Baudry sigue residiendo hoy. Si antes era una pequeña empresa, hoy tienen más de 150 variedades de mermeladas. Con la introducción de la QuickLabel QL-300, una impresora de etiquetas de cinco colores basada en tóner, Baudry puede ahora etiquetar sus productos de forma rápida y eficaz.
Lotes pequeños y etiquetado eficiente
«Antes de tener la QL-300, utilizábamos fotocopiadoras láser de color con recortes, un trabajo muy tedioso. Las impresoras de etiquetas con las que trabajábamos tenían problemas con los plazos, la cantidad y con el stock», dice Bône. «Cuando vi la QL-300, pensé que era la máquina que necesitábamos».
Utilizando frutas enteras locales, sabores totalmente naturales y recetas tradicionales y familiares, Baudry crea, etiqueta y vende una gran variedad de productos. Desde mermeladas hasta vinos, cervezas, miel y una amplia selección de aceites, Baudry necesita una solución de etiquetado fiable y adecuada para una línea completa de productos.
«…La QL-300 nos permite, en pequeñas cantidades y de forma flexible, hacer rollos y adaptarlos a nuestras etiquetadoras automáticas. Así que es bastante sencillo hacer etiquetas con la QL-300», afirma Bône.
Durabilidad de la etiqueta
Baudry se enorgullece de buscar el «buen sabor de nuestra infancia». Dado que la familia se enorgullece de la elaboración de estos productos gourmet, y su marca tiene mucha importancia, necesitaban una solución que no provocara el desgaste de las etiquetas ni su empañamiento con el paso del tiempo. Dado que la mermelada tiene una larga vida útil, la durabilidad de las etiquetas era una prioridad para la familia a la hora de buscar una solución de etiquetado. Por suerte, pudieron encontrar esa durabilidad necesaria con la impresora de etiquetas QL-300. Según Bône, «lo bueno de la QL-300 es que nos permite ir más lejos en la oferta que podemos hacer a nuestros clientes, así que ahora podemos ofrecer etiquetas Kraft, etiquetas transparentes y etiquetas completamente blancas.»
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